Hoy os presento el fruto del madroño. Un arbolito originario de la zona Mediterránea. También se conoce en algunas regiones del Centro y Sudamérica.
Es un arbolito que se adapta muy bien. Sus frutos se cosechan entre Noviembre y Diciembre cuando están bien maduros, de color rojizo. Sus frutos se comen frescos o bien en mermelada, gelatinas o confitura. No conviene abusar de ellos ya que son astringentes y además producen alcohol en la fermentación.
Los frutos contienen una media de un 20% de azúcares. Las semillas tienen elevadas concentraciones de aceite graso. La corteza se ha utilizado en medicina natural como diurético, es astringente, antiséptico urinario y renal.
Es conveniente elegir los frutos maduros, estos presentan un color rojo intenso. Es una fruta muy perecedera y conviene consumirla lo antes posible.
Es de sabor suave, un tanto dulce. Además de los azúcares, son ricos en pectina y ácido málico.
Es conveniente elegir los frutos maduros, estos presentan un color rojo intenso. Es una fruta muy perecedera y conviene consumirla lo antes posible.
Es de sabor suave, un tanto dulce. Además de los azúcares, son ricos en pectina y ácido málico.
En algunas zonas del Mediterráneo (como Argelia y Córcega), los frutos fermentados se usan para preparar un vino que, destilado, permite obtener un brandy.
La propuesta culinaria de hoy con estos frutos es elaborar una salsa de madroños:
Ingredientes:
2 Cucharadas de azúcar (yo he empleado panela)
Un chorro de agua.
Elaboración:
Pochamos una chalota picada finamente, cuando esté dorada, se agregan los madroños enteros (sin pelar), y se remueve todo el conjunto.
Añadimos el azúcar y un chorro pequeño de agua, removemos y dejamos cocer durante media hora a fuego lento y con la cazuela tapada.
Una vez cocido, lo trituramos.
Pasamos esta crema por un colador para quitar los desagradables granillos o semillas que tienen en su interior los madroños.
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