Con el paso del tiempo, te das cuenta que la vida es algo más que levantarse cada día para cumplir la programación que la sociedad nos enseña.
A veces, nos vemos envueltos en una rutina, en una cadena de acontecimientos de la que nos resulta difícil escapar.
Pero quizás, en un momento de tu vida, algo cambie para ti. ¿Y si la vida se convierte en algo más? Cuando comienzas a sentirte vivo, a sentir cada célula de tu cuerpo, a conectarte contigo mismo, tu visión del mundo cambia.
Conecta con tu corazón, permite sentirlo, oye su latido. Él es el centro de ti mismo. Ahora, puedes cerrar los ojos y percibir los sonidos más débiles, mas suaves, más leves.
Puedes sentir lo que hay a tu alrededor sin la necesidad de estar viéndolo. Siente el aire, el sol, la lluvia en tu rostro, en tu cuerpo.
Acaricia lo que tengas alrededor, sin prisa, sin pensar en nada. Vacía tu mente de recuerdos, de pensamientos, de preocupaciones, de problemas.. Aprende a saborear, a degustar cada cosa que te apetezca, por el simple placer de recrearte en tus sentidos.
Mira a tu alrededor, descubre los detalles, la belleza de lo que te rodea. Cada día nos cruzamos con miles de cosas hermosas, pero solemos pasar de largo, con prisas, con el pensamiento puesto en cientos de cosas que nos absorben, nos sumergen en el ruido de nuestra mente. ¿Acaso dedicamos unos minutos a observar, a mirar con calma, a mirar sin juicios, a mirar lo más pequeño, a mirar a quién nos sonríe, a mirar a quién nos ama?
Al final, te das cuenta, que la vida es como la puesta de sol. Nace en un momento dado, esplendoroso, lleno de energía, brillante, capaz de comerse el mundo. Conforme va pasando el tiempo, va rotando, sigue su camino día tras día. Y al atardecer, cuando los años te ofrecen la experiencia, el regalo de haber vivido lo suficiente para aprender, para adquirir todo aquello que necesitas en el viaje final, encuentras que es la etapa en la que has adquirido la serenidad necesaria para saborearla suficientemente. La puesta de sol, es quizás, la que menos tiempo dure, pero la más intensa y podemos hacer de ella, la más bella.
Contemplar esa puesta de sol, sentirla, disfrutar de ella, vivirla con la intensidad necesaria en cada momento, sonreír a la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario